lunes, agosto 19, 2013

78


No se si he perdido este disco, y me perturba la idea. Porque me gustaba tanto, y porque había sido un regalo de alguien a quien quería, y porque le tenía ese cariño enfermizo que se desarrolla hacia los objetos que te permiten volcar cosas dentro, como agujeros eternos. Me lo trajeron por mi 22 cumpleaños. Eso debió ser un Bloomsday de 1997, cuando el mundo era joven, y ha estado siempre conmigo, y ahora espero volver a casa y encontrármelo allí, en algún sitio, como si no se hubiera ido nunca. Por desgracia sospecho que pasará a engrosar la lista de clásicos que uno prestó en las borracheras, el ranking de reliquias que se confiaron a otros con esa idiota generosidad, tan nuestra. Podría ser un miedo pasajero -me digo-, pero algo en el fondo de la cabeza me dice que no, que llevo demasiado tiempo sin verlo. Y pienso también que si fuese "Tejido de Felicidad" no me importaría tanto, porque "Tejido de Felicidad" podría comprarlo otra vez, y nunca notaría la trampa. Este no. Este sería para siempre un sucedáneo. Casi sonrío pensando en como la primera vez no me convenció y en como me he agarrado a él después, tantas otras, al borde de los precipicios de siempre. Viaja gratis en la tormenta, pequeño.

1 comentario:

Dr. Recopetín dijo...

Joer! Tengo esa cinta original! Es lo de la foto no??